Los fregaderos de cocina pueden estar fabricados en tres tipos principales de materiales: inoxidable, sintético y de cristal.
El material escogido responde a sus principales prestaciones en materia de resistencia a ralladuras, golpes y a retención de cal.
Los fregaderos de cocina en acero inoxidable son los que ofrecen máxima resistencia a los impactos. Sin embargo, son muy vulnerables a las rayadas y a la cal. Además, son muy fáciles de limpiar.
Por su parte, los fregaderos sintéticos son los que obtienen una mejor nota por parte de sus usuarios. Son altamente resistentes a las ralladuras, su retención de cal es muy baja y soportan muy bien los golpes. Otras de sus ventajas son que pueden resistir temperaturas de hasta 180 grados y se puede escoger entre una gran variedad de colores.
Por último, los fregaderos de cocina de cristal tienen una resistencia media a las ralladuras y a la cal. No obstante, aunque el cristal es un material débil frente a impactos, cabe destacar que son altamente higiénicos ya que su superficie lisa no permite que algunos productos penetren en su superficie.