Aunque discutimos sobre dos opciones (abierta o cerrada), hemos de tener en cuenta que en escena también aparece otra opción: la semiabierta que, al igual que escogemos entre un fregadero de cocina con uno o dos senos, también debemos poder valorarla como una posibilidad factible.
La polivalencia de una cocina abierta
El estilo de vida que llevemos y las tareas que realicemos pueden hacernos decidir por una conexión entre cocina y comedor. Con ello ganaremos amplitud, en caso de un piso pequeño, y puede que incluso luz.
Asimismo, y si nuestro objetivo es facilitar las tareas de servicio entre cocina y comedor, el simple hecho de quitar la mesa de forma ágil nos ahorrará mucho tiempo en desplazamientos innecesarios.
Por otro lado, una cocina abierta fomenta la participación y los vínculos con los demás miembros de la familia y de los invitados que tengamos ya que, mientras cocinamos podemos mantener una conversación la mar de animada con ellos.
Para finalizar, y en cuanto a aspectos más técnicos, hay que tener en cuenta que una campana extractora de calidad y con potencia es esencial en una cocina abierta con el objetivo de evitar ruidos y olores desagradables.
¿Por qué dudamos ante una opción semiabierta?
Básicamente porque es la mejor opción para todos aquellos que no se acaban de decidir por tenerla abierta o cerrada. Con una opción semiabierta la sensación de amplitud y de espacio también se tiene pero, a la vez, disponemos de más comodidad en la organización de las comidas y podemos cerrar el espacio cuando creamos conveniente para evitar la transferencia de olores y ruidos.
Para conseguirla, nos basta con la instalación de una simple estantería, un semicerramiento de cristal o una pared de cristal con los que conseguiremos crear un ambiente de carácter más diáfano. Otra buena idea son las puertas correderas, que nos permitirán abrir y cerrar según la ocasión.
¿Eres más tradicional? ¡Cocina cerrada!
La tradición de contar con una cocina cerrada nos permite la independencia estética de cada uno de los ambientes y esconderla de la vista de nuestros invitados en caso de tenerla desordenada y con todos los platos apilados en el fregadero.
Cerrando la cocina no será necesario panelar los electrodomésticos para disimularlos, y el traspaso de olores y humos de una estancia a otra también será mucho más leve.
¿Aún no te has decidido??