El aprovechamiento del espacio en una cocina grande con la instalación de una isla siempre es una muy buena idea. En ella, podemos instalar el fregadero, la zona de cocción o usarla como mesa para comensales.
Y es que el hecho de ser un módulo aislado favorece su flexibilidad para sacar provecho a todos sus costados y convertirse en un perfecto separador de ambientes a la vez que también favorece la participación y la comunicación de los que entran en la cocina.
Cocinar en frente de los comensales
Este simple hecho es perfecto para la generación de diálogo y complicidad. Para ello, lo ideal es instalar en la isla, pues, la zona de cocción, el fregadero y una zona totalmente plana para preparar los alimentos que vayamos a cocinar. La campana, en consecuencia, se colocará en el techo y, a nuestras espaldas, los electrodomésticos y los armarios de almacenaje.
Dependiendo del tamaño de la isla – que se recomienda que tenga entre 250 y 270 cm, podremos instalar asientos altos tipo taburete de bar para una mejor definición de la parte que destinaremos a los comensales.
Con una isla con todas las prestaciones que hemos descrito, seguro que todos los miembros de la familia e invitados puntuales ganaran en comodidad y haciendo que el mero hecho de cocinar se convierta en un verdadero placer.