¿Es realmente necesario incorporar un planchador? La respuesta es sencilla: si tenemos espacio para ello, ¿por qué no? Y es que este espacio nos puede ser de mucha utilidad para tener toda nuestra ropa siempre en orden.
El cuarto de plancha ideal debería contar con una zona de lavado y su correspondiente fregadero, una mesa de costura, espacio para almacenar los productos de limpieza de forma ordenada y la ropa ya doblada y planchada, y una zona de plancha con todos los elementos imprescindibles.
De este modo, la tarea de lavar y planchar será mucho más llevadera, y nos permitirá guardar toda nuestra ropa en un mismo espacio, un hecho que propiciará que el orden esté presente también en el resto de la casa.
Cómo ubicar el mobiliario
Si contamos con una estancia con ventana, lo ideal es colocar la zona de lavado junto a ella – fregadero, lavadora y secadora en un mismo espacio, junto con los cestos de la ropa sucia.
Junto a la zona de lavado, podríamos ubicar unos armarios cerrados donde ubicar, por ejemplo, la ropa blanca e incorporar unas baldas extraíbles al lado del armario donde colocar la ropa que esté recién planchada. Podríamos considerar el hecho de contar con tantas baldas como miembros tenga nuestra familia.
Por su parte, la zona de costura debería tener unas barras para colgar las camisas o prendas recién planchadas, y toda aquella ropa que tengamos pendiente para coser. En cuanto a la mesa de plancha, debería ocupar la zona central de la habitación y equiparla, por ejemplo, con cestos donde ubicar la ropa que tenemos para planchar y una tabla abatible para el planchado.
Eso sí, la tabla debería ser adecuada a nuestra altura y contar con una fuente de luz potente para tener que forzar la vista lo menos posible.
¿Os animáis? 🙂