En el año 2010, la firma Elleci puso a la venta un nuevo concepto de fregadero de cocina: el electrofregadero. Anunciado como un producto revolucionario, la triste realidad es que la novedad no fue más allá y no pareció conseguir el éxito esperado.
Con el nombre de Washer 120, este fregadero contaba con un diseño muy cuidado que perseguía un objetivo principal: facilitar el trabajo del usuario al máximo, pero también poner especial énfasis en el medio ambiente gracias al uso de aplicaciones electrónicas.
Dichas aplicaciones se ponían en práctica a través de múltiples accesorios que incluían trituradores, cubetas de lavado que funcionaban por ultrasonidos y con los que se aseguraba una máxima limpieza en los alimentos, y un aspirador de aceite para la recogida responsable de los aceites usados durante el proceso de cocción de los alimentos y que tenían como principal objetivo no dañar el fregadero.
Una muy buena idea con un largo proceso de estudio e innovación tecnológica detrás que, sin embargo, no fue más allá de la novedad que significó su lanzamiento. No obstante, muchos fregaderos diseñados con posterioridad han aplicado algunas de las ideas lanzadas por Elleci en su día.