Muchas veces las reformas de las cocinas no solo pasan por cambiar los muebles, la encimera, el fregadero de cocina o los electrodomésticos que forman parte de ella. ¿Habéis pensado que quizás el suelo también necesita ser sustituido por otro que sea mucho más resistente?
El hecho de poder disfrutar de un suelo más resistente implica dos aspectos que deberíamos tener muy en cuenta: los impactos que el tipo de suelo que escojamos pueda recibir, y la resistencia al desgaste del mismo.
Tipos de materiales para suelos
Existen en el mercado bastantes tipos de materiales que pueden satisfacer los dos aspectos que hemos detallado anteriormente. Entre ellos podemos encontrar los siguientes:
- Los pavimentos pétreos y los sintéticos de base pétrea como los fabricados por Silestone. Se trata de un tipo de suelo que cuenta con una resistencia muy superior al resto de pavimentos.
- Los pavimentos continuos son de tipo elástico y con capacidad para absorber de forma eficiente todo tipo de impactos gracias al tipo de materiales con el que puede estar construido: linóleo, vinilo, hormigón pulido o microcemento.
- El gres porcelánico es un material bastante frágil, por lo que se recomienda contar siempre con piezas de repuesto, ya que puede romperse fácilmente.
- La madera natural es un tipo de pavimento muy frágil que no solo recibe impactos que difícilmente pueden repararse sino que, además, envejece con el tiempo.
¿Lo mejor? Contar siempre con el asesoramiento de un especialista que nos lleve el proyecto de reforma de nuestra cocina de principio a fin.
