Los fregaderos de cocina en acero inoxidable no han pasado nunca de moda y sigue siendo uno de las materiales más utilizados para su fabricación, junto a los sintéticos, el cristal o la cerámica. Sin embargo, el acero inoxidable no solo se limita a fregaderos o electrodomésticos sino también a superficies como las encimeras, cuyo uso normalmente asociamos con cocinas de tipo industrial.
Pero ¿qué ventajas e inconvenientes supone la colocación de una encimera en acero inoxidable en una cocina convencional? ¿Qué posibilidades de decoración nos ofrece? ¿Y cómo mantenemos este tipo de material para que luzca siempre en perfecto estado?
¡Veámoslo!
Posibilidades decorativas de las encimeras en acero inoxidable
Dentro del grupo de encimeras fabricadas en acero inoxidable encontramos varios tipos de acabados que podemos adaptar a la principal idea decorativa que tengamos para nuestra cocina.
Así, disponemos de distintas posibilidades:
- Acero de tipo satinado, muy parecido al usado en electrodomésticos.
- Acero de tipo vibrado y que se raya con facilidad.
- Acero de tipo pulido, muy brillante y difícil de mantener como el primer día con el paso del tiempo.
- Acero de tipo envejecido, el que más se usa y que parece marcar tendencia. ¿La pega? No resiste bien rayaduras y golpes.
- Acero coloreado, aunque ojo, en muchas ocasiones el hecho de estar coloreado supone que no se usa acero sino cobre, cemento o plástico.
Pros y contras de la instalación de encimeras de acero
Una de las principales ventajas de las encimeras en acero inoxidable es que este tipo de material es muy resistente a temperaturas altas y este hecho no afecta en absoluto al color del acero. No obstante, su absorción del agua es muy baja al igual que su resistencia a los golpes (son apreciables a simple vista y los arañazos solo desaparecen por el uso de un pulidor, en caso de que no sean profundos).
Mantenimiento de la encimera de acero
En consecuencia, siempre procuraremos secar bien la encimera con un paño suave para que no queden marcas de agua en ella. También evitaremos el uso de estropajos.
Además, evitaremos el uso de lejía o de otros productos desengrasantes ya que estos tienden a eliminar el brillo del acero.
Así pues, si tenemos una idea retro de nuestra cocina cuyo material principal es el acero inoxidable, hemos de tener en cuenta todos estos consejos y pensar que dicho efecto retro puede ir diluyéndose con el paso del tiempo. Si ello ocurre, ¿por qué no combinar el acero con otro tipo de material?